domingo, 22 de junio de 2008

Homenaje a Eugenio Montejo


Los árboles
Hablan poco los árboles, se sabe
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
Cuando se juntan en los parques
solo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro
Con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy por ejemplo, al escuchar el grito
De un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos, pero no sé que hacer con ese grito,
no se como anotarlo.

Eugenio Montejo


Eugenio en uno de sus versos

Expresaba “a veces siento que soy un “árbol”
Sentía fascinación por los árboles

Para los que admiramos, y conocimos a Eugenio
tenemos la tristeza de que no se cruzará en nuestro
camino por los Palos Grandes.

Ahora nos queda la memoria y sus libros
que leeremos una y otra vez

Deanna y Gustavo Misle

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